Camiseta nepal baloncesto
Ofrece una gran cantidad de camisetas de baloncesto españolas, que no sólo son perfectas para los fanáticos del baloncesto, sino que también son ideales para aquellos que buscan una prenda de vestir cómoda y atractiva. Esta decisión se tomó teniendo en cuenta que el equipo contaba con jugadores de todo el país y que esta denominación seguía más de cerca el lema adoptado por la institución desde su fundación oficial, «Por encima de todo la defensa y estimulo del jugador nacional» Sin embargo el nuevo nombre no apareció en las planillas oficiales de la Dimayor sino hasta la temporada siguiente. Y no se trata solo de hacer caja sino de hacer parroquia: una afición ‘uniformada’ refuerza el sentimiento de pertenencia. Philipp Lahm, exfutbolista y capitán del club, dijo que jugar contra Núremberg es algo «siempre especial» y trae una «atmósfera caldeada». El Pacto de Lima entre la FIFA y la Dimayor, que efectivamente terminó la época de El Dorado, obligaba a los equipos a legalizar sus adquisiciones de futbolistas extranjeros o, de lo contrario, retornarlos a sus clubes de origen.
Ante la necesidad del Unión de ser más fuerte frente a Medellín y Huracán, los equipos más fuertes de la primera, se acordó la fusión, creándose el Unión Indulana F.B.C. En 1946, Unión F.B.C quedaría quinto en dicho campeonato. La fusión duraría hasta 1945, tiempo en el que Unión Indulana tendría una participación destacada en la primera categoría antioqueña (dos cuartos lugares y un tercer lugar). Y eso es por una buena razón. Pero en mayo, tras superar la crisis económica, Nacional reapareció con una nueva pantaloneta de color blanca. Prueba de la crisis son los cuatro técnicos que Nacional tuvo durante ese corto lapso, (José Etchegoyen, René Seghini, Julio Tóker, y Julio «Chonto» Gaviria) quienes no pudieron revertir los resultados y en cambio salían debido al bajo rendimiento del equipo. Esto dio como resultado bajos ingresos de taquilla en los partidos del Municipal, con lo cual se debilita su situación financiera al punto de que fueran frecuentes las crisis económicas que amenazaban constantemente con la quiebra y que conllevaban a llamados de emergencia a la industria en Medellín en busca de apoyo. Poco después, el 24 de noviembre dimitía el presidente Arturo Tuzón en la que era su octava temporada al frente del club, y fue nombrado Melchor Hoyos Pérez hasta las elecciones a la presidencia.
En aquella cita asistió, como representante del Municipal, su presidente Jorge Osorio Cadavid. Pronto se convertiría en presidente y se mantendría vinculado a la institución durante veintidós años. Así pues, el viernes 7 de marzo de 1947 se consolidó el nacimiento de la nueva institución bajo el nombre de Club Atlético Municipal de Medellín, pero faltaba el acta legal. Así pues, como en sus inicios, Nacional volvió a contar con una nómina de puros criollos. Por ende, el ente organizador del fútbol profesional colombiano exigió al conjunto verdolaga una solución a las irregularidades antes del inicio del torneo, so pena de ser desafiliados y reemplazados por el naciente conjunto Once Caldas de Manizales. Para destacar, aquel sería el último año que el elenco verdolaga hiciera las veces de local en el hipódromo San Fernando. También sería de destacar el hecho de que Nacional, para marzo de 1954, abandonaría totalmente las tonalidades rojas de la pantaloneta y pasaría a portar unos cortos totalmente negros. Para ello, hablaron con los liquidadores del equipo, Francisco Robles y Antonio Patiño Vinasco, con el fin de que este último, gracias a su relación con las directivas de la DIMAYOR, mantuviera los derechos de participación (o ficha) del Atlético Nacional y, así, que la natillera pudiera disputar el torneo profesional de fútbol.
Sin embargo, algunos jugadores verdolagas, liderados por Humberto «Turrón» Álvarez, Hernán El Burro Escobar Echeverry, Ignacio El Loco Calle y Ricardo El Tanque Ruíz, idearon una forma de participar en el Campeonato colombiano 1958: Se asociaron en forma de las denominadas Natilleras, práctica habitual en los barrios de Antioquia que consiste en un grupo de personas que aportan dinero con el fin de lograr un objetivo común. En consecuencia, se firmó un contrato de arrendamiento entre los participantes de la natillera y los liquidadores del Atlético Nacional: los jugadores recibirían el dinero de las taquillas, de allí pagaban los gastos del alquiler del estadio y del arriendo a los liquidadores del equipo verdolaga y se repartían lo que quedaba. Era la época de El Dorado en la que llegaron a Colombia jugadores de toda América, entre ellos varios que en aquel momento estaban entre los mejores del mundo y quienes se encargaban de llenar las tribunas de espectadores en los partidos de la liga para brindar el respectivo espectáculo.